Este blog tiene como objeto exponer series de fotografías agrupadas por temas que subí en su día en la red y que, desafortunadamente, ya no se pueden recuperar. A ellas se añadirán otras que completarán las series así como series de nueva temática. Confío que sea un atractivo blog complementario de Fotos Antiguas .

miércoles, 7 de abril de 2010

Fotografía de LO OCULTO (V).

El caso de las hadas de Cottingley.
El día de Navidad de 1920 la revista "Strand Magazine" publicó un artículo firmado por Arthur Conan Doyle (el creador de Sherlock Holmes) donde se exponía el sorprendente hallazgo de unas fotografías de hadas y de la consiguiente investigación llevada a cabo por Doyle y Edward L. Gardner (un hombre, según Doyle, tranquilo, equilibrado, reservado, ni excéntrico ni iluminado).
Ambos eran miembros de la Sociedad Teosófica (una especie de "religión moderna" basada en el espiritismo) donde tuvieron conocimiento de la existencia de las fotografías.
Al parecer, dos niñas (de diez y dieciseis años) de una pequeña ciudad del norte de Inglaterra (en el artículo se ocultaban tanto sus nombres como el lugar, pero luego se sabría que se trataba de Frances Griffiths y Elsie Wright, de Cottingley) habían logrado fotografiar algunos de estos pequeños seres mágicos.


El caso (y las fotos, claro) se hizo famoso, y tanto los detractores como los (algo más escasos) partidarios lanzaban sus argumentos desde las columnas de los periódicos.
La investigación, el artículo y el posterior debate sobre este asunto acabaron dando lugar a un libro redactado por Conan Doyle, donde éste se cubre las espaldas en el prefacio de dicho libro advirtiendo al lector que:
[...] "Este relato no es un alegato de especialista persuadido de su autenticidad, sino una simple reunión de hechos cuya interpretación podrá aceptar o rechazar el lector" [...]
Aunque, la verdad, él mismo estaba absolutamente persuadido de que todo era cierto, y lo demuestra continuamente en cada página.

Según Doyle, todas las pruebas apuntaban a la veracidad de los hechos: Las niñas y algunos familiares fueron entrevistadas primero por Gardner y luego por el propio Doyle, llegando a la conclusión de que eran gente honrada y educada.
Las fotos fueron examinadas por expertos, que no pudieron encontrar evidencias de manipulación. Se dedicaron a la investigación sesiones de espiritismo que corroboraron los hechos. Se envió incluso a un experto clarividente que confirmó que también veía las hadas. Se les dio otra cámara (con las placas selladas en secreto) a las niñas, que usaron para hacer nuevas fotos de hadas.
Los indicios que podían apuntar en contra eran ignorados (hasta cierto punto, inconscientemente) o incluso transformados en argumentos a favor: El que las hadas parezcan "planas" y sin volumen, por ejemplo, se atribuyó a la materia ectoplásmica de la que están hechas.

Sorprendentemente, una de las cosas que resultaron más sospechosas a los observadores fue que apareciera un hada coronada con un pequeño sombrero "a la parisien". Demasiado moderno y demasiado francés para un hada británica que se precie.
El caso produjo, como suele ocurrir, una reacción en cadena de personas en todo el mundo que afirmaban ver hadas. Decenas de personas enviaban cartas a Doyle (que también aparecen en el libro) para relatarle sus experiencias. Incluso se comenzó una taxonomía feérica que distinguía entre los "tipos nacionales" de las hadas.
El resultado de todo ello fue que Conan Doyle se ganó más burlas que reconocimientos.


No fue hasta muchos años más tarde, cuando ya el tema estaba bastante olvidado, que unas ancianas Frances y Elsie confesaron que todo había sido una broma y que, cuando llegaron serios hombres adultos a investigar el asunto, se asustaron y no tuvieron más remedio que continuar con el engaño.
A pesar de todo, Frances Griffiths (la menor) insistió toda su vida que, aunque las fotos eran falsas, ella había visto las hadas.
La 'trampa' de las dos niñas no estaba en los negativos ni en las fotos, sino en las "hadas" mismas; éstas no eran sino simples figuras de papel bien recortadas y colocadas para la foto.



7 comentarios:

Diana de Méridor dijo...

Ay sí, este caso es que fue increible. Lo que es el poder de conviccion de una fotografia! Y la inocencia de Conan-Doyle, porque vamos. El hombre era muy inclinado a creer en espiritus y esas cosas, asi que tampoco es tan sorprendente que se dejara engañar aqui.
Pero las niñas menuda ocurrencia! Tenian mucha fantasia, desde luego. Y las fotos son bellisimas.

Buenas noches, monsieur

Bisous

Enrique dijo...

Lo curioso es que las niñas aguantaran la presión de tantos sesudos investigadores sin dar su brazo a torcer.

Las fotos son un encanto, desde luego.

Abrazos, madame.

Alí Reyes dijo...

Ese famoso escritor es muy bueno en la ficción, pero para el reporte periodístico hay que tener otros recursos...Eso fue lo que le faltó a Doyle

Xibeliuss dijo...

Como apunta Madame, el bueno de Doyle, el padre del superlógico Holmes, era un crédulo de tomo y lomo. ¡Gracioso detalle el del sombrero a la parisien!
Abrazos

Enrique dijo...

A veces pensamos que Conan Doyle se parece a su personaje, pero ya vemos que le falta sagacidad y le sobra ingenuidad.

Abrazos, Alí.

Enrique dijo...

La verdad, xibeliuss, es que salió escarmentado de esa aventurilla con las hadas.
Pobrecico.

Abrazo.

maria soledad dijo...

Hola ,me encantaron las fotos de las chiquilinas ,me da risa y nuevamente me encanto con la creatividad ,hay una gran diferencia entre llevar una vida con entusiasmo ,creatividad dentro del margen de posibilidades que la època ofrecìa en ese tiempo. donde estaran'? con las adas? ...uhhmmmm....chao desde Chile Marìa Soledad

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