El equivalente francés de Mumler fue Édouard Isidore Buguet, fotógrafo que trabajó en París después de la Guerra de 1870. Estuvo procesado por sus trabajos y, corriendo el riesgo de ser encarcelado, Buguet admitió voluntariamente que sus fotografías eran falsas y renunció al equipo que había usado para producirlas. Pero esto sólo provocó que los defensores del espiritismo lo convirtieran en un mártir de la causa y un médium a pesar de sí mismo.
Buguet, como todo buen vendedor, aprovechó la notoriedad y se dedicó a producir pruebas espiritistas, engendrando una fresca industria de fotografías recreativas llenas de fantasmas.
7 comentarios:
La del fantasma casi da risa, pero la de la silla estaba muy bien lograda. Tenia que resultar de lo mas convincente, no me extraña.
Feliz comienzo de semana, monsieur
Bisous
Qué bueno!! Lo que podían hacer las técnicas de entonces (y también las de ahora, porque quién sabe). La del fantasma es de monda. Porque los hombrecillos de abajo tienen cara de...¿esperar? Mientras un fantasmín o vete a saber qué les pasa por encima de la cabeza volando hacia ninguna parte.
Besos y buen verano
Enrique, felicidades qué fotos tan estupendas, originales y creativas
Un abrazo Isthar
quiero escribirle a Fuensanta y al Antón jijiji
Un abrazo Isthar
En la época, madame, cualquier fotografía era tomada por realidad.
Aunque siempre hubo incrédulos, claro. Pero, en general, las fotos convencían.
Un abrazo.
La foto del fantasma sobrevolando la habitación no tiene desperdicio, Carmen.
Vista con nuestros ojos da risa, pero a principios de siglo daba incluso miedo.
Abrazos.
Me alegra que te gusten las fotos, Isthar.
Por cierto, saludos de parte del propietario del blog de La Fuensanta y el Antón; esta mañana he tenido ocasión de tomarme unas cervezas con él en el aperitivo y hemos brindado a tu salud.
Abrazos.
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